Los pueblos indígenas son aquellas comunidades etnoculturales diferenciadas que a lo largo de la historia han sido sometidas a un proceso de conquista, subyugación, subordinación o asimilación por poblaciones llegadas de ultramar o sus descendientes y que han sido incorporados a los Estados nacionales en contra de su voluntad o sin su consentimiento.
Sus miembros, en la actualidad, mantienen una conciencia de identidad colectiva diferenciada, comparten generalmente una lengua y desde luego una cultura común, se perciben y definen a sí mismos como participantes de una tradición y de una historia compartida que les distingue de otros individuos que están insertos en tradiciones diferentes y mantienen, en la práctica o en el imaginario colectivo, un apego especial a unos territorios ancestrales.
A su vez, los pueblos indígenas sufren o han sufrido una situación de especial vulnerabilidad y manifiestan, en el presente, una actitud de resistencia y solidaridad interétnica, identificándose con las luchas de otros pueblos indígenas que habitan otras partes del mundo, mostrándose muy críticos con las dinámicas globales envolventes y la imposición de modelos en el plano económico, político, social y cultural, de la que todavía hoy son objeto.