Los shipibos son personas muy misteriosas y fascinantes. Incluso en las turbulencias del siglo XXI, muchos de ellos mantienen un fuerte apego a su cultura y su filosofía de vida, cultivando sus tradiciones con atención y cuidado. Orgulloso, tímido, sonriente, acogedor, fuerte, extremadamente sensible, amable y centrado. Se requiere de años para crear una verdadera intimidad con ellos y ganar su confianza. Pero una vez que sus corazones están abiertos para usted, le dan la bienvenida en su familia, compartiendo todo lo que tienen, desde sus alimentos, a sus secretos sobre las plantas o los misterios de la selva.
Dicen que han aprendido sobre la vida viendo una especie de mono muy pequeño llamado «Shipi». El Shipi – Bo, o «gente del mono», había ganado su sabiduría de la observación de los monos.
El pueblo Shipibo ha estado siempre entre las tribus más influyentes de la Amazonía peruana. Además de ser guerreros de renombre, su influencia se debió al hecho de que sus chamanes tenían un nivel muy alto de conocimiento. La gente de otras tribus incluso viajaba durante semanas para venir y conocer a maestros shipibo y aprender con ellos. Sus maestros habían llegado a las cumbres más altas del conocimiento espiritual.
El Shipibo entiende su entorno de una manera desconocida para nosotros los occidentales. Ellos son parte de la misma naturaleza y se comunican con ellos de la manera más directa. Para los Shipibo, el bosque, los árboles, los ríos y la tierra misma, están vivos, y encajan en la conciencia.
Su conocimiento de las plantas sigue vivo y se practica en las diferentes comunidades. Es habitual entre ellos cultivar plantas medicinales en su jardín, cada uno con sus propios secretos. Según el Maestro Guillermo Arévalo, respecto al conocimiento de plantas maestras: «Es un conocimiento que el pueblo Shipibo-Conibo, en el curso de los siglos, ha descubierto y puesto en práctica para sobrevivir. Aprovechando los recursos que lo rodean, ha sabido hacer uso de las plantas medicinales. Por eso conserva y practica los conocimientos recibidos y los defiende como la parte más preciosa de su vida».
Las plantas sagradas, plantas de poder o plantas maestras, constituyen el enlace entre lo que es el espíritu y el cuerpo, pero actúan desde el alma. O sea, son plantas del alma, porque es en el alma en donde fluyen los pensamientos, emociones, sentimientos y futuras acciones del individuo. La ayahuasca es una medicina, es vista y sentida de esta manera por miles de comunidades que han podido experimentar sus beneficios.
Cualquier tipo de trabajo que se haga con estas plantas medicinales tiene que tener presente la importancia del linaje, ya que el linaje es un proceso decisivo que ha marcado su preparación. El linaje exige una transmisión directa; es decir, pasar por el proceso práctico y presencial del aprendizaje que va de maestro a discípulo.
Las plantas maestras además de sus propiedades como plantas medicinales que alivian o sanan determinadas enfermedades, son capaces de acompañarnos hasta lo más profundo de nuestro ser: mente, inconsciente o alma. Cuando ello ocurre, podemos experimentar una profunda comunión con la naturaleza, de la cual somos parte. Contienen un conocimiento que es transmitido a aquel que las usa y da una perspectiva de la vida mucho más amplia y trascendente. El verdadero conocimiento pasa por acceder a lo universal y permanente.
Los shipibos también tienen una cultura muy rica. Artistas hombres y mujeres crean obras de arte muy refinado y elegante. Tejidos, cerámica pintada, joyas, perfumes, trabajos de madera pueden llegar a una belleza increíble en sus manos. Ellos se enorgullecen de su trabajo.
Los shipibo-konibo han desarrollado un arte con diseños geométricos de gran sofisticación ricos en significado. El mundo entero de los shipibo está lleno de diseños que pasan del mundo visible al mundo invisible y de regreso.
Los diseños shipibo tienen una fusión de forma, luz y sonido. Estos diseños tienen un significado relacionado con la cosmología shipibo y su visión del universo. Los grandes caminos de la vida, la convivencia en comunidad, las plantas, los animales, los ríos grandes y chicos todo se representa en sus trabajos.
Las visiones guardan una simetría crucial, lo superior tiene reflejo en lo inferior y la derecha en la izquierda, así arriba es igual que abajo, además de aparecer lo fijo cubierto y rodeado por lo móvil. Un gran artista debe mantener un equilibrio perfecto entre los elementos positivos y negativos.
El motivo central al diseño shipibo es ronin, la serpiente cósmica, que combina todos los diseños imaginables en su piel. La línea principal de cada diseño siempre representa a ronin una serpiente sin fin. Quién ha creado el universo y simboliza a Dios.
Los diseños dan la impresión de que pueden ser comprimidos dentro de un espacio mucho más limitado o que extendidos cubrirían el mundo entero si no estuvieran limitados por el borde de la tela o el de la vasija. Ver un diseño shipibo es mirar por una ventana sobre el infinito.
La anaconda misma nos enseña a pintar, ves que arriba está lleno de caminos, así arriba es igual que abajo, todo lleno de caminos…. hacemos nuestras faldas bordadas de blanco sobre fondo negro para representar la luz de las estrellas forman diseños porque nosotros vemos estos caminos en el cielo.
Para los shipibo la medicina está estrechamente relacionada con su visión cósmica. Todas las plantas poseen varias dimensiones en las cuáles actúan, aunque son una sola e indudablemente entretejidas en el velo del universo. Pero distintas en sus cualidades y leyes.