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Pucallpa y viaje por las comunidades Shipibo

Pucallpa y viaje por las comunidades Shipibo

Nuestra primera semana en Pucallpa y de viaje con el presidente de Coshikox Juan Chavez Muñoz por el Alto Ucayali visitando varias comunidades shipibo ha sido toda una experiencia. Nos han conquistado el corazón. Personas como Juan, Raúl Rojas, que nos abrió su casa para que durmiéramos y pescó de madrugada para que desayunáramos; la compañía, honestidad, conocimiento y sabiduría nuestro amigo ya para siempre Julien Favauge que nos ha acompañado en todo momento -ése Astérix el galo-; las mujeres ceramistas de Caco Macayo; las monjas seminaristas que llevan más de treinta años en este pueblo conviviendo como unas shipibas más y que nos buscaron remedio a Sergio y a mí para las picaduras de todo bicho viviente; los habitantes de la comunidad de Iparía, y su alcalde Pedro Saldaña que nos atendió amablemente (eso sí, después de hacernos esperar horas y horas, como suelen hacer los políticos), donde vimos lo que el progreso puede ir haciendo con las comunidades -la única que tenía luz y agua corriente y hasta alguna calle asfaltada-; la sabiduría de los viejos del lugar, con viejos sindicalistas como Saúl con su nieta en brazos; o el sabio y anciano curandero Justino y su esposa, que saben más de plantas que nadie en esa zona y que asume con tristeza que el turismo ayahusquero ha ido pervirtiendo el viejo conocimiento de los médicos vegetalistas amazónicos como él: «¿de dónde habrá salido esa palabra que nunca ha sido nuestra, ‘chamán’?», se lamentaba; los discursos de los maestros y los jóvenes del Instituto de Secundaria del Caco ante nosotros, «los periodistas internacionales», como nos llaman con pompa y esperanza los amigos shipibo; las obras para instalar la antena de Movistar que arremolinaban a los jóvenes del pueblo, y que muchos miraban como el progreso y a mí me producían escalofríos; la lluvia torrencial, las nubes amenazadoras, los atardeceres de paleta de asombro, o las estrellas brillando como faros sobre la chalupa que nos conducía por el Ucayali, el río de donde nace el Amazonas y por donde se asientan decenas de comunidades shipibo-konibo…

Y antes de todo eso y mucho más las anteriores entrevistas en Pucallpa con Marcial Vásquez, el primer gran teórico político shipibo y fundador de la UNIA, la primera universidad para los indígenas, quien nos invitó a comer a Juan Chávez, Sergio, Julien, al ‘profesor’, Filiberto Romayna, a Diego, a la mujer de Juan y a mí, en su casa de la comunidad de San Fernando de Tushmo y mandó a su mujer matar a la gallina para hacernos un caldo; Teresa la huesera y curandera, sabia y coqueta, que nos llevó al día siguiente de su entrevista a sus hijas al puerto de Pucallpa para que las conociéramos mientras les decía que «necesitábamos a una mujer shipibo»; Robert el pintor amazónico que firma Chonomeni y comparte las ganancias de sus cuadros con su suegro y su padrastro, ambos chamanes, para que les cuente sus visiones que luego él plasma en cuadros que pinta por la mañana sobre una mesa al aire libre mientras escucha baladas de Raphael, El Puma o Julio Iglesias; Diego, el joven chamán de canto poderoso y sobrecogedor, que junto a su mujer, curandera y experta en plantas tienen un pequeño centro y maloca en su comunidad, y que, por fin, me convidó a una noche de planta para darme serenidad y luz antes de partir al viaje en barca por el Ucayali… Y, por encima de todos la guía asombrosa, pendiente en cada momento de nosotros y nuestro bienestar, del gran Juan, Juan Chavez, un líder nato, un hombre que quiere aprender de todo lo que toca, que sabe escuchar y hablar, que a la que le dejan suelta un discurso con su pinta de Gran Curaca si cambiase su gorrilla por un penacho de plumas…

Todas estas y las que contaremos en los reportajes, libros y documentales que intentamos alumbrar han resultado una experiencia inolvidable. Luego, ya de regreso ayer de nuestra primera fase del viaje a Pucallpa, decidimos descansar en el hostal Los Gavilanes, curarnos de las picaduras que habían dejado a Sergio al borde del colapso -yo también tuve lo mío con los insectos, pero saqué a relucir mi experiencia de veterano y el buen humor que últimamente me acompaña: algún shipibo me decía, «pero usted es bien fuerte y está siempre de buen humor», cosa que recibí como el más grande cumplido que pudieran hacerme- y descansar en una cama relajadamente y permitirnos el lujo de una Cusqueña y recuperar el ánimo de Sergio para la batalla, tras varios días sin pegar ojo, el pobre.

Y hoy domingo, Día de la madre, cerramos el día bajando a las fiestas de los pucallpeños en el lago de Yarinacocha. Los motokars, los globos rojos, los puestos de guapa, artesanía de caimán, camu-camu, los novios y las familias cogidos de la mano, la sonrisa inesperada y arrebatadora de una guapa mestiza, bella como un puñal de azúcar; las bailarinas macizas del restaurante donde se tocan tecno-cumbias y baladones, las calles embarradas, los zancudos, las charlas sobre cómo ayudar a través de Coshicox a este pueblo que quiere dejar de ser el pariente pobre y olvidado de los gobiernos y las empresas que han esquilmado sin cesar su hábitat y sus formas de vida, y que ahora sueñan con ser dueños de sus destino en igualdad de condiciones. La lucha será larga y el reto apasionante. Hay contradicciones. Y dificultades. Muchas. Pero una enorme esperanza y un tesoro de conocimientos sobre medicina natural, arte estilizadísimo, artesanías, mundo espiritual y respeto a la naturaleza que han atesorado estos «hombres de la Montaña» y los ríos durante siglos. Sólo necesitan atención y un poco de la visualización y escucha que merecen en este mundo globalizado y caníbal que excluye a los más valiosos. «Seremos pobres, pero no pobrecitos», dice con su voz melodiosa y firme Juan Chávez una y otra vez. Los shipibos nos han conquistado para siempre. Y a mí me gustaría que un poco de ese asombro y respeto que este gringo occidental siente cada día más grande por estos amigos os llegara también a vosotros, que tenemos tanto que nos sobra que a ellos les haría tanta falta.

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